Tótem
El eplorador cayó extenuado en unos
lodazales de la selva amazónica. El sol y la lluvia le trabajaron la
piel hasta dejársela como cuero. Los bichos hicieron el resto.
Nadie le había girado el cuerpo, hasta
que llegaron los kawahiwa. Encontraron los diecisiete euros, que
tenía en el bolsillo trasero del pantalón. Las piezas, recien
acuñadas, brillaban como
estrellas.
Unas fotos tomadas desde un helicóptero
meses más tarde, mostraban a unos indios, que, según el periódico,
nunca habían tenido contacto con el hombre blanco. Adoraban unas
monedas, depositadas encima de una presa aún palpitante. Acaso
confundidas con pequeños
soles.
En el compendio: Europa en cien palabras