La moda de la Selva Negra

17.4.13

Mentirijillas



Abrigo impecable, los zapatos lustrosos, la camisa impoluta, el maletín, siempre sellado con un código de cinco dígitos. Besos matinales de café y aftershave, a ella, a los niños. Sube al deportivo. Deja atrás el centro y se acerca desbravando a la playa, que conoce como la palma de su mano. Aparca. Sin salir del vehículo abre el portafolios. Saca las fotos de familia, los números rojos, la carta de despido de hace dos años y llora. Cuando el atardecer enrosece los perfiles, vuelve a casa y asegura, como cada día, que la jornada de trabajo le ha cundido mucho.


2.4.13

Lapsus




Esos malditos cinco minutos. Si no hubiera sido la lavadora que había que vaciar. Los tejanos que hay que sacudir para que no se apelmacen. La olla, que no se peguen los macarrones. Además el timbre. El cartero con un telegrama, que pesa mucho porque trae una mala noticia. Y en ese tiempo de urgencias, te me escapas, con el peluche colgando, a tu sitio preferido. Desde el balcón miras para abajo y ves a las personas, que son hormigas porque está tan alto. Te cuelas por los barrotes y pisas el vacío. Mi mano angustiada ya no te alcanza.


Texto ganador de esta semana en Wonderland 2.4.2013