Cheng Ji afianza los trazos de la pintura con las últimas
pinceladas. Mima los marrones, los rosas pero sobre todo los dorados.
Termina hoy el cuadro que su agente ha vendido desde hace meses.
Contempla su obra de lejos luego se acerca y decide dejar por fin los
retoques. Está contento con el resultado. Llama a su agente
para que venga a recoger la obra y, con mano segura, firma después
el cuadro. No duda, ni le tiembla la mano. Con la seguridad que le da
el haberlo hecho tantas veces estampa decidido el nombre en la tela,
Gustav Klimt.
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Salvación
Otra vez tormenta en casa. Cogió la bolsa de plástico
en la que boqueaba apretujado el pez. No sabía si aceptarían
al koi pero estaba seguro que al perro sí lo dejarían
entrar. Abrió la jaula de los canarios. Se escaparon, menos
uno debilucho, que se llevaría también con las cobayas
y el gato. Rompió la hucha del cerdito y bajó a la
parada de taxis. Se dirigió al puerto. Angustiado, recorrió
el muelle a fondo. Como no la encontró enseguida se dirigió
a un marinero y le preguntó solemne por el número de la
dársena del arca de Noé.
Os presento dos textos que en semanas consecutivas han quedado finalistas en el concurso Wonderland. Lola Sanabria fue ganadora y Arantza Portabales se llevó hoy el premio.