La moda de la Selva Negra

5.12.11


Instinto maternal

Una mujer de unos cuarenta años, entrada en canas, se acerca a la sala de los neonatos. Una mirada tierna, de madre recien estrenada, atraviesa el cristal. Busca con los ojos bailarines al bebé. Parece encontrarlo y entonces sí, despliega una sonrisa bobalicona y aplasta aún más la nariz contra el vidrio.
En un descuido de las enfermeras, se adentra en el cuarto para coger en sus brazos a una de las criaturas. Pocos minutos después, detenida por el personal de seguridad, Yerma es expulsada, por enésima vez, del hospital.


8 comentarios:

  1. Ya lo había leído en el Microrrelatista pero en esta segunda lectura, le he disfrutado mucho más.

    Saludos

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  2. No lo había leído porque no doy abasto para leer tanta producción literaria, pero ahora que me he detenido en tus palabras, puedo decirte que Yerma de Federico García Lorca, es una obra que leí de jóven, y me gustó mucho más la segunda vez, de adulta.

    Con tu micro, me ha ocurrido igual, es en la segunda lectura en la que verdaderamente me ha llegado al corazón.

    Un abrazo Mei, des-
    demispalabrasylasvuestras.

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  3. Hola Laura. Bienvenida a mi blog. Sí a mi me pasa también hay tantas aportaciones interesantes que es difícil atenderlas todas.
    Un abrazo

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  4. No lo había leído, y me ha despertado un sentimiento extraño, de tristeza, por los deseos no cumplidos.

    Besos.

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  5. ¡Ay la maternidad frustada!... puede ser un escollo difícil de superar para algunas personas. Me ha gustado. Un abrazo.

    microsyotrashistorias.blogspot.com/

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  6. Gracias Yolanda.
    Un abrazo y bienvenida a mi blog

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  7. Me encantó. Y creo que a García Lorca también le gustaría. Preciosa esa Yerma ya con canas...

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Seguramente hay oro en tus palabras