La moda de la Selva Negra

24.10.11

Expolio

Nació resbalándose por las piernas de su madre, casi sin que ella se diera cuenta, en el lago de los nenúfares. Quizá por ello supo nadar desde el principio.
Su madre murió de unas fiebres pero para entonces ella ya sabía comer raíces, beber el agua de rocio de las hojas de los árboles y libar el néctar de los chupamieles.
No se dejaba ver. Evitaba los visitantes y al menor ruido se escondía entre los papiros. Salía con la caída de la tarde.Se enredaba y se quedaba enganchada en las zarzas al perseguir a los cervatillos. Recogía los huevos de perdiz y se subía al cerezo. Desde allí imitaba el ulular del búho y el silbido de la serpiente. En la noche se sentía libre. Hasta el amanecer no dejaba de retozar, segura de no tropezarse con nadie. Con las primeras luces se recostaba y taciturna dejaba pasar las horas hasta un nuevo atardecer.
El proyecto fue aprobado por unanimidad. Entraron las palas, la grúa y la docena de obreros.
Al principio se quedó paralizada. Después al avistar unos árboles en el horizonte corrió con todas sus fuerzas, a la búsqueda de otro de esos jardines secretos.



2 comentarios:

  1. Encontré este blog a través de El Microrrelatista y me pareció interesante. Quisiera seguir visitándolo. Saludos.

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  2. Me temo que tendrá que cambiar muchas veces de residencia. El relato es muy visual, también bonito.

    Saldos

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