Los
golpes son ya insoportables. Se niega a abrir. Con tres críos dónde
va a pasar la noche. Aporrean tanto la puerta que no puede menos. Ahí
están ahí, sin piedad. Ya no ofrece resistencia. Cuando todo está
perdido viene el más pequeño.
Antes ha pasado por la cocina, ha abierto el grifo y con el chorro
delgado porque también les han cortado el agua, ha rellenado el
cachivache. Se acerca al ujier y apuntado hacia el pantalón dispara,
dejándole empapado. Antes de que pueda reaccionar le suelta un:
-Eres el malo y te he matado, ahora tienes que caerte al suelo.
Da escalofríos tu narración, menos mal que al final todo parece un juego.
ResponderEliminarQué fácil lo relatas y que insoportable parece.
Besicos desde mi alambrada.
Los niños lo captan todo muy bien. Ojala todo se arreglase así, con un poco de agua; lo malo es que esa escena continúa y ya sabemos cómo.
ResponderEliminarEl pequeño tiene muy claro quién es el malo de la película, nosotros sabemos que hay otros más malos detrás de él.
ResponderEliminarDetrás de un juego se esconde la gran tragedia de una familia.
Muy duro Mei, me ha gustado mucho. Saludos.
Mei, los niños serán inocentes pero tontos no. Este justiciero infantil ha captado quién son los malos.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazos.
¡Ojalá fuera tan fácil!
ResponderEliminarTriple de besos indignados.
Qué sencillo y que grande sin embargo. Me ha gustado mucho, los niños saben captar con mucho acierto quien es el malo.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Estoy intentando leer todos los relatos de esta jornada y me paro en este, Mei, que me gusta muchísimo. Gracias por hacer algo bonito y duro, las dos cosas a un tiempo. Un abrazo, también en la alambrada.
ResponderEliminarBuen indignado, Mei. ¡Ojalá fuera así de fácil! Deshacerse de tanto "chorizo" como ahí por ahí.
ResponderEliminarBesitos
ME ha gustado mucho Mei, ese mezclar una historia tan dura con la inocencia de un juego de niños. Además en los juegos, los niños dicen la verdad y lo que sienten.
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