26.3.13
Almas peregrinas
El sendero que iba desandando no menguaba. Se iba ensanchando, aumentaba a voluntad a medida que se unían otros caminantes. Aunque me había propuesto no cruzar palabra con ninguno de ellos, no pude evitar que me hablaran. Algunos se quejaban de las rozaduras en los tobillos y otros del calor y del peso de las mochilas. Yo les despreciaba sabiendo que tenían un destino, que subirían a un avión y desorientados olvidarían el camino.
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Este micro tiene una atmósfera tan evanescente que lleva al lector por muchos senderos, Mei. Es tan abierto que permite muchos juegos a la hora de asumir la parte de creación que nos toca. Al primer sitio que me llevó fue a la leyenda gallega de la "Santa Compaña", y desde allí, seguí volando.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo,
¿Por qué me ha dejado triste?
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me ha resultado un tanto inquietante. El camino que nunca mengua puede hacerte entrar en una espiral. Saludos!
ResponderEliminarA mí me ha enganchado ese final inquietante que siembra el desprecio en el protagonista por sentirse diferente a los demás.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Y ¿Por qué olvidarán el camino? Eso me deja un poco perpleja, pensaba en el Camino de Santiago, esos peregrinos con los pies doloridos pero siempre adelante con un objetivo. Sorprende esa ambigüedad en el protagonista que aparentemente no tiene destino.
ResponderEliminarSaludos Mei. Me gustó mucho tu relato.
Hola, con un poco más de retraso del que hubiese preferido, te informo que la publicación que recopila todos los trabajos que participaron en la I Carrera Verde ya está lista. La encontrarás en Microrrelatos al por mayor y espero que te guste.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar, Luisa.