Lindos gatitos
El viejecito era adorable. Las madres no tenían ningún reparo en dejar a sus tiernos retoños en la cercanía del anciano. Llegaba por las mañanas cargado de cartones de leche, se sentaba en el banco más cercano al estanque y antes de dedicarse a su tarea cotidiana, echaba una cabezadita. Al levantarse atraía a los gatos que merodeaban a bandadas y les iba llenando los cacharritos para que bebieran. Se granjeaba con el gesto la simpatía y el respeto de los paseantes. Los gatos enfermaban días más tarde. Y morían en sus guaridas, lejos del parque.
Un micro que transita por esos pliegues oscuros de la condiciòn humana, Mei y que lo hace tan bien que embauca incluso al lector avezado, que està esperando el golpe pero no lo ve venir.
ResponderEliminarAhora bien, hoy me atreverè a destacar un punto débil de esta pieza, me falta el título, elemento fundamental en todo microrrelato.
Me gusta -y mucho- este micro, no lo dejes sin título.
Un abrazo.
Coincido con lo del título Mei. Pero a pesar de ello, a pesar de no tenerlo, es un texto "tierno" con un final cruel. El adorable ancianito me deja pensando en todos los que veo "alimentando palomas" ... puede que deba anillarlas para comprobar si siguen vivas....
ResponderEliminarBesos desde mis palabras.
Me lo estaba viendo venir, no sé por qué, y con todo me sorprendió el final.
ResponderEliminarQué tontería la mía.
Eso sí, un titulo, por favor.
Mei, tiene este micro dos partes bien diferenciada, el inicio con esa tierna presentación y ese final tan aterrador. Me gusta ese contrapunto que me lleva a cuestionarme sobre los motivos que le puede llevar a alguien a cometer tales crímenes.
ResponderEliminarUn micro muy sentido.
Un abrazo.
Dios, yo que había empezado a quererlo... Qué final más inesperado, Mei. Pero me encanta, me pasó como con el tequila, que me deja sin conocimiento, pero luego me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo, Mei.
Wow Mei, siempre espero esa ternura tuya que raya en lo surreal y cuando me encuentro con esa última oración recibo una fuerte bofetada.
ResponderEliminarPero pensando el cuento una segunda vez, pienso que cabe la posibilidad de que esa oración final responda a una forma particular de ternura, ese elemento siempre presente en tus textos.
Abrazos.
Un golpe al final.
ResponderEliminar¡Uff! vaya tipo, tan buena gente que parecía y no, nada de eso. Buen final sorpresivo.
ResponderEliminarBesitos