Terapia del dolor
Fue alrededor de esta casa, que ahora está sorda, y preñada de secretos abominables. Recuerdo un sol ardiente que me quemaba la piel en las tardes de estío, cuando jugaba con mis hermanos a las canicas. Veladas interminables de risas alborotadas con mis padres. Los besos inocentes con mis primeros novios, a hurtadillas. Las aceras amables, sin peligro. Vivía en un cuerpo tibio, de cervatillo, al que le sobra corazón. Esperaba impaciente las manos que entendieran mi idioma. Aquellos días felices. Y, sin embargo, son recuerdos prestados, usurpados de la memoria de otros. Reinventados y sin pátina. Para no sufrir.
Es uno de los mejores micros que he leído por aquí. Genial Mei.
ResponderEliminarUn abrazo
Mei, mucho dolor se desprende de este relato, que lo amortigua una narración impecable. No sé que ocurrió en esa casa y a esa protagonista, pero quería haber seguido leyendo, pues disfrutaba con la lectura.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por este microrrelato!
Abrazos.
"Un cuerpo de cervatillo tierno, al que le sobra corazón", "recuerdos usurpados a la memoria de otros", cuanta desdicha se desprende de lo que se intuye y cuanta ternura encierran algunas de las imagenes que utilizas en este fantástico micro.
ResponderEliminarEs muy bueno Mei. Enhorabuena.
Angustia, eso es lo que deja en mí este micro, Mei; angustia y desasosiego.
ResponderEliminarImpecable en su factura, vertebras esta narración estremecedora por la que el lector se desliza sin sospechar la puñalada que le espera al final del camino.
Una vez allí, malherido, vuelve a leer y se da cuenta que su sufrimiento es mayor.
¡Chapeau!
Un abrazo,
Me gusta mucho, asi me lo guardo para releerlo más adelante
ResponderEliminarUna historia muy real. Vivir de las memorias de otros debe ser horrible.
ResponderEliminarAbrazos.
No lo acabo de pillar. Sé que cuando lo haga lo encontraré tan bello como lo intuyo. Por eso volveré, Mei.
ResponderEliminarUn abrazo, hasta que vuelva.
Recuerdos de otro. Se supone que no sufre, pero sufre, estoy seguro, porque no son tan de otro.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Quién no tiene esos recuerdos? Según lees dices, vale, añoranza infantil. Y claro, el giro es un tortazo, duro, muy fuerte. Recuerdos inventados. Uff. Buen trabajo.
ResponderEliminarEl giro final junto a la narrativa es impactante.
ResponderEliminarAlguien que no tenga recuerdos no ha vivido la vida, la ha padecido.
Casualmente he recalado por aquí y espero que no sea un recuerdo prestado sino mio y real.
Saludos desde Tenerife y te dejo enlace de mi blog por si quierhttp://gofioconmiel.blogspot.com.es/es conocerlo.
que texto interesante!!!!!
ResponderEliminartienes un blog atrapante.
te felicito.
www.elblogdeescarcha.blogspot.com
Muy bello, aunque ese final deja un regusto amargo y triste, recuerdos inventados, es doloroso.
ResponderEliminarBesitos