Nada más verlo entrar sabía. Recorrió la tienda como un tigre enjaulado. Se acercó a los gladiolos, olisqueó los claveles y se fijó interesado en los narcisos. Al final hizo lo de siempre. Eligió las rosas rojas. Le preguntó por más. Veinte, treinta, cien, las que tuviera en la trastienda. Todo le parecía poco. El florista cortó los tallos, puso verde para dar cuerpo al ramo, envolvió con el celofán y pegó la cinta del te quiero. Cuando terminó se lo puso en las manos al hombre y le espetó sin poder contenerse. - ¿Qué has hecho? ¿Hasta cuando Manolo?
Texto finalista en la convocatoria anual del día de Sant Jordi del programa Wonderland de rtve
Mei, qué golpe final más bien colocado. Me has arrancado una sonrisa.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
En Wonderland te tienen que hacer una sección propia, te lo mereces.
Besos.
Uff Qué fuerte! Un ejemplo de cómo contar una historia con tan solo una imagen final. Me ha encantado Mei.
ResponderEliminarUn abrazo.