Fugacidad
El incendio sofocado, domesticado por la presión del agua, le deja paso. El muchacho obeso sale de la humareda con la niña asustada en brazos. Un grupo del vecindario le vitorea, algunos con lágrimas en los ojos. Es un héroe. Por un instante olvida su peso, la mofa y el sentimiento de asco que siempre le acompaña. Los días engarzados en felicidad. Se suceden los homenajes, las condecoraciones y los besos de las compañeras de clase. Hasta aquel momento desagradable y aciago en el que el bombero que le vio rociar las maderas del suelo con gasolina despierta del coma.
Texto ganador esta semana en el programa de radio Wonderland de Ràdio 4.
Mei, un héroe por un día, muy de nuestro tiempo, en el que por un minuto de gloria se es capaz de cualquier cosa.
ResponderEliminarMe gustó esa sorpresa final que redondea un buen microrrelato.
¡Enhorabuena!
Abrazos.
Somos tan frágiles Mei. Enhorabuena por el Wonderland.
ResponderEliminarAbrazos.
Felicidades, Mei. Qué pena que no se haya podido escuchar en antena. Pero, vamos, que eso no quita que has ganado y además con una gran historia. Y dura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí que estaba harto, sí.
ResponderEliminarNo quiero ni imaginar como será su vida después de eso.
Y la tuya?? Como va la tuya??? Campeona!!!
Una descripción de hechos muy bien hilvanada y finalizada con la sorpresa final. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos
Felicidades Mei, tremendo y sorpresivo final en una historia amarga en la que el título ya nos lleva a la esencia del cuento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena, Mei, un relato excelente con un cierre magnífico.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
no me esperaba el final El comienzo fue genial abrazos
ResponderEliminarQué bonito cuento Mei, ¡me ha gustado la imagen y cómo lo cierras de forma redonda!
ResponderEliminarVeo que sigues con idéntica energía y lo que más siento es no pasar por aquí tantas veces como en realidad quisiera. Bueno, que tengas un feliz fin de semana y a seguir así de bien. BESOSSSSSSS