Son
mazazos las palabras con hilillo de voz desde el lecho de muerte.
Destrozan la pátina de las fotos que habiamos mirado cientos
de
veces: El primer diente. La de la llantina en el bautizo.
Así
ordenaditas en el álbum, por fechas, con comentario.
Mancillan
los patucos de lana que me había tejido la abuela,
la trenza
cortada después de la comunión, y los plumieres y los
tebeos.
Los recuerdos se derrumban. ¿O
eran inventados?
En el último aliento de mi madre, miro a ese
hombre que
tantos años me pareció ser mi padre. Y a
ella.
Ahora unos extraños.
Texto finalista en el Wonderland de esta semana. Compartiendo el honor
con Yolanda Nava y Ernesto
Ortega. La ganadora fue Esperanza Temprano.
Os invito a participar en el concurso. Por el placer de escribir.
Mei, una farsa muy creíble gracias a tu esplendida habilidad de hilvanar historias. Supongo que en el delirante momento de partir de esta vida, uno puede perder el oremus o hallar la verdad, aquí dejas la duda.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por tu condición de finalista!
Bessets.
Felicidades, Mei. Como indica Nicolás, todo cabe en el último momento y hasta se deja sembrada la duda sobre la paternidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena Mei.
ResponderEliminarMicro de niños robados, de niños adoptados y ocultados, como la verdad hasta el final. Así lo veo al menos.
Un saludo Indio
Mitakuye oyasin
Jope, menudo cacho pedazo de micro. ¿Sólo finalista?
ResponderEliminarEnhorabuena y buen finde. Besos
Me encanta el texto sobre todo en esa parte que juegas con los recuerdos inventados.
ResponderEliminarSaludos
Felicidades Mei, ¡preciosa historia de recuerdos que esconden una farsa de vivencias!
ResponderEliminarMe ha encantado ese estilo tuyo en esta historia. Un besazo desde Vitoria hasta tus tierras de acogida. Smuak!
Felicidades Mei, un texto fantástico.
ResponderEliminarUn beso.
Y esta has quedado ganadora con Fugacidad", Enhorabuena.
ResponderEliminar