14.6.17
Anatomía del viento
Si observásemos desde arriba, a través del vórtice encontraríamos con la mirada a Tránsito; veríamos cómo prepara la comida para su hijo Gregal,
que estará a punto de salir de la escuela. Sabríamos que Ceferino, el abuelo sentado en un banco del parque, no para de dar cabezadas, algo aburrido porque su mejor amigo hoy no ha ido a pasar la tarde con él. Descubriríamos la espléndida cosecha de un campesino satisfecho, expuesta en un surco de su huerta para admiración de los vecinos. Seguiríamos curiosos con los ojos los paseos que da, de una nube a otra, la más anciana del lugar. Y si estamos atentos, nos percataremos de que, cada dos horas, se oye la campana lejana de la ermita que convoca a los residentes en el huracán a hacer sitio porque ya están a punto de entrarle por el ojo, cargados con todos sus enseres, los próximos moradores.
#palabrasalviento
Texto para el concurso de Relatos de viento de Zenda e Iberdrola
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