La anciana encendía la radio a media
tarde. Con la cháchara de la publicidad fregaba los últimos
cacharros antes de arrellanarse en el sofá para no perderse el
capítulo. La emisora local se había empecinado en instruir a la
población y difundía la obra cervantina. La mujer se había
acostumbrado a los disparates del caballero de la triste figura, a
las patochadas de Sancho, a aquel amor desubicado por Dulcinea. El
día que escuchó el lance de los molinos no pudo menos que pensar en
sus hijos, mezquinos. En la lucha de titanes que libraban contra
ella.
Este texto ganó el segundo premio en la V Edición del certamen de microrrelatos de Radio Lanzarote. El tema era la radio y Don Quijote.
Me gusta el micro y me gusta tu prota. La veo fuerte y entrañable. Felicidades.
ResponderEliminarMe descoloca el título, creo que lo entiendo pero.... me descoloca.
Bien contado!!!
Me encanta tu modo de narrar, Mei. Genial ese final, con la grandiosa imagen de los molinos conduces al lector a un realidad brutal.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Hay que hacerlo muy bien para atreverse con un tema tan concreto y salir airosa. Me encantó el relato, vaya reto!
ResponderEliminarEnhorabuena, Mei, de que forma más sencilla (aparente) te llevas ese premio, el micro me ha encantado, el título y el cierre. El desarrollo se ve.
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