„El alféizar bañado
por el azul del cielo daba cobijo a unos alhelíes y a una albahaca.
Tras la ventana un zagal luchaba con cifras y guarismos. La madre
dejó en un rincón una bandeja con incrustaciones de nácar y
lapislázuli. Le sirvió un jarabe de limón. - Hijo, ojalá apruebes
el examen de álgebra-“. Tras leer el texto, el muchacho se sentó,
satisfecho. El maestro le felicitó y le preguntó sobre la elección
de las bellas palabras. El chico reflexionó y contestó que en sus
clases, él siempre aconsejaba cuidar la propia lengua. La suya era
el árabe.
Uno de los textos finalistas de esta semana en el concurso
l´Art d´escriure del programa de radio 4 Wonderland. La ganadora fue Raquel Lozano.
Mei, que ejercicio de orfebrería el de este micro y con un mensaje de universalidad que todos deberíamos aprender: el respeto. Además, con una sonoridad y poética para admirar.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Bessets.
Muy hermoso, Mei.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Felicidades, Mei, ¡qué bien escribes! Es un texto homenaje a nuestros vecinos del sur y su hermosa lengua. Cuánto podemos aprender de ellos, pero vivimos en un mundo que solo mira al norte, ni siquiera sabemos nada de Portugal.
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