Nora se quitó
el delantal y lo tiró a la montaña
de ropa sucia que tenía pensado lavar, planchar y recoger.
Salió de la casa para no volver, sin mirar atrás. Allí
quedaban marido, hijos, perro y el cocido a medio hacer.
Tu relato indignado hace referencia a otro tipo de indignación, no la referente a los recortes sociales que estamos sufriendo. Pero sí, esa mujer-madre puede ser o simbolizar al estado de bienestar, que harto de la desidia de los ciudadanos, nos abandona para no volver: se acabo lo gratuito. Venga, nos leemos.
Muy buena esa indignada (creía haber visitado a todas y todos mis amigos indignados), Mei, lástima que no va a encontrar trabajo para poder resurgir como se merece... Un abrazo, Mei.
Me he acordado de la Nora de Ibsen ;)
ResponderEliminarA veces hay que irse, abandonar para que las cosas cambien.
Gracias Mei, un abrazo
Efectivamente, esa era la idea.
EliminarGracias por pasarte
La vida se impone cuando quiere cambiar.
ResponderEliminarUn abrazo
Querer es poder.
EliminarUn saludo Paloma
Y después dio un portazo. Me gustó la narración realista.
ResponderEliminarAbrazos.
Melvin, me alegra que te interese.
EliminarSaludos
mmm... Otro tipo de indignación que sigue patente, aún hoy en día.
ResponderEliminarenhorabuena Mei.
Gracias Fernando.
EliminarBueno, ella se lo pierde.
ResponderEliminarBesos, Mei
O gana.
EliminarUn saludo
Es otro tipo de indignación, y hay motivos todavía para esta.
ResponderEliminarBesitos
Creo que sí. Elysa bienvenida a mi blog.
EliminarTu relato indignado hace referencia a otro tipo de indignación, no la referente a los recortes sociales que estamos sufriendo. Pero sí, esa mujer-madre puede ser o simbolizar al estado de bienestar, que harto de la desidia de los ciudadanos, nos abandona para no volver: se acabo lo gratuito. Venga, nos leemos.
ResponderEliminarXimens, no hay límite para indignarse.
EliminarSí, nos leemos. Saludos
Muy buena esa indignada (creía haber visitado a todas y todos mis amigos indignados), Mei, lástima que no va a encontrar trabajo para poder resurgir como se merece...
ResponderEliminarUn abrazo, Mei.
Pues también tienes razón pero mejor no indignarse calculando.
ResponderEliminarMiguel Ángel, gracias por pasarte.