La mujer volvió a casa del trabajo. Mientras subía las
escaleras oía venir del piso aquel vozarrón. Por su nariz avanzaba
descarado el olor predecible de comida recalentada. Una música de
compacto rayado se arrastraba cansina hasta alcanzar sus orejas. El
ladrido lástimero del perro que encontraron juntos. Le pareció una
jornada como las otras. Reincidente, sospechada. Dio media vuelta y
se apresuró a bajar los peldaños, por útima vez. Pensó que lo único que tenía que perder era la
ropa interior, que se quedaría deshilachada en los cajones de la
cómoda. Y que era tiempo de comprarse otra nueva.
Uno de los textos finalistas en el concurso l´art d´escriure del programa Wonderland de esta semana. Junto a Anna Jorba y María Belén Mateos. El ganador fue Ángel Saiz.
¡Enhorabuena, Mei!
ResponderEliminarUna huida en toda regla la que se produce en este micro. Me gustó como preparaste el camino para esa marcha.
Besos.
Bien por tí y por ella, por supuesto.
ResponderEliminarA veces la decisión es fácil pero no acabamos de tomarla por una o dos tonterías.
Felicidades!!!