En cuanto él entró en casa, ella cerró con llave y, tras oír
los mismos desplantes de cada día, esperó a que se metiera en su
cuarto. Se recluyó con el muchacho en la habitación. Le maniató.
Le desnudó y le tapó con una manta. O bien sudaba a mares o se
moría de frío. Comieron, maldurmieron, conversaron. Fueron largos
días con sus noches interminables. Hasta que él volvió a tener una
mirada clara. Le juró abstinencia y ella condescendiente le permitió
salir a la calle. En la esquina, acechante le esperaba el camello de
siempre, con la joroba repleta.
Uno de los textos finalistas en en el concurso Wonderland en la semana del 10.1.2015. La ganadora ha sido Carmen Quinteiro con el relato "Te quiero".
¡Enhorabuena, Mei!
ResponderEliminarA veces la fidelidad, si es como la que tú relatas, es horrenda. Me gustó como escondiste la trama definitiva del micro hasta el final.
Besos.
Bravo por tu micro, genial, me gustó. Como dice Nicolás, escondiste el fondo muy bien. Enhorabuena por tu fidelidad para con Wonderland y los textos de calidad.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Uff, qué duro debe ser salir de la droga, y qué duro para los padres. Felicidades por ese casi-casi, es muy difícil escribir en cien palabras tanta historia y en el concurso hay buenos cazadores. Yo sigo participando e intentándolo.
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