3.6.14
Extravíos
Así cargada, la mochila le pesaba un mundo. En el bolsillo interior llevaba una congoja antigua. A los lados, las tristezas de la niñez. Dentro, junto a la cantimplora, la sed de venganza. El saco de dormir albergaba algunos insomnios enmarañados. Consultó la brújula, que, sin equívoco, le señalaba el norte. Echó a andar. Sobre caminos heridos de un cierzo áspero por sendas de regusto a lontananza. Pasó una eternidad en aquel margen. Jornadas todas iguales con noches reventadas de estrellas fugaces. Hasta el día que el cuadrante le indicó el sur. De vuelta, sin fardo ni lastres, sin rodeos.
Texto finalista esta semana en el concurso l´art d ´escriure en Wonderland de Ràdio 4. El ganador ha sido Lorenzo David Rubio. Mis compis finalistas: Arantza Portabales, Rafa Heredero y Ernesto Ortega.
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¡Enhorabuena, Mei!
ResponderEliminarUn microrrelato que te va guiando, gracias a tu prosa poética, hacia todas las direcciones, que yo he querido interpretar tras una guerra, justo hasta llegar al sur.
Buen trabajo.
Besos.
Un buen viaje por la vida cargada de necesidad. Está lleno de palabras reunidas con firmeza.
ResponderEliminarSaludos
¡¡Me encanta Mei!! esa prosa es la que degusto con ansiedad cuando estoy tristona. Mei, pensaba que narrabas la mochila que se me ha encajado en la espalda y de la que no puedo liberarme... ¡gracias por tu comentario en mi blog! estoy segura de que pasará....claro que sí....
ResponderEliminarUn besazo amiga, y ¡ójala volvamos a encontrarnos en algún paraje incierto de nuestras vidask! :) Abrazo.