Un día nos repartimos los dos trocitos
de la luna rota de un armario. En las tardes de canícula aburrida,
el sol se resbalaba en los añicos
y nos enviábamos, ella desde el alféizar y yo desde el camino, los
fogonazos de un amor primerizo, cándido. A ella no la dejaban salir
y a mí me gustaba aquel juego sin malicia.
En el otoño,
empezó la escuela. La esperé con ansiedad para compartir los
recreos, y hablar de lo nuestro. Pero su pupitre permaneció vacío.
Supe que enfermó. Deambulaba cada día, hasta llegar a su calle
apartada. A veces, después de largos minutos de angustia, se corrían
los visillos y un chispazo se posaba como una mariposa en mi cara.
Lloraba de alegría, al final me sacaba el pañuelo
y me secaba los lagrimones, para que los muchachos no se rieran de
mí.
Se presentó un invierno castigador. De
las clases volvíamos mis hermanos y yo con la noche en los tobillos.
Nos encerrábamos para no dejar entrar los cuchillos del frío. La
primavera más tarde puso las cartas sobre la mesa. Me planté debajo
de su ventana, aguardando unos destellos que nunca llegaron. Tampoco
la volví a ver.
Propuesta para Esta Noche te Cuento para el mes de junio
Los añicos del amor infantil. No se sabe si murió o si quisieron alejarla de él. O del clima.
ResponderEliminarMuy bien.
Juan M
Me ha enternecido, Mei. Es un cuento muy dulce a pesar de la tristeza que contiene. Y me ha gustado mucho cómo lo has desarrollado, de manera estacional y sin cargar las tintas en los elementos plañideros. En menos de un año, la peque se fue, ay.
ResponderEliminarUn beso bien grandote.
Tierno y triste primer amor. La descripción invernal es fantástica.
ResponderEliminarAbrazos, muchos.
Qué hermoso lo de la luna repartida, lo de la noche en los tobillos, lo de los cuchillos de frío.
ResponderEliminarCreo que te lo dije allí. No sé. Si no lo hice te lo digo ahora; si te lo dije, te lo repito, Mei.
Un abrazo desde el Mediterráneo.
Dibujas muy bien esos momentos que llenaron nuestras vidas. Esa dualidad amistad-amor que se mezclan en los sentimientos de niños.
ResponderEliminarSaludos
Si te apetece compartir tus relatos, echa una ojeada a ésto:
ResponderEliminarhttp://280ypunto.blogspot.com.es/
Un saludo
El trasiego de los amores infantiles desde el prima de las estaciones está fenomenalmente narrado, Mei. Me gusta especialmente que la muerte no sea protagonista, a pesar de subyacer en el texto.
ResponderEliminarEstá precioso, creo que de lo que leí ese mes ¡es digno de mención y de premio!.
Un besote desde mis vacaciones estivales.
Ya lo comenté en ENTC pero hacía que no te visitaba y te vuelvo a repetir por aquí que es muy bonito el relato. Sin más crítica, me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo
Invitada quedas a Montesinadas y espero que si pasas te guste y te quedes.
http://montesinadas.blogspot.com.es/