La moda de la Selva Negra

14.1.13



Afuera
La invitación descansa encima de la cama. Quedan horas para la fiesta pero ya ha elegido la ropa. Se viste despacio, con la seguridad de que hoy sí lo conseguirá. Enfunda las medias y se pone los zapatos casi nuevos. Pero el corazón le palpita y la ansiedad la saquea. Se estira sobre el sofá. El calor empieza a apretarle el cuello. Entorna la ventana en busca de aire fresco. Recobra fuerzas, se siente mejor y se dirige a la puerta del piso. Abre tímidamente, mira el rellano vacío y hostil. Cierra y atranca. Esta vez, como siempre, tampoco saldrá.

6 comentarios:

  1. Tiene que ser terrible sentir agobio con los espacios exteriores. Yo no podría vivir así, porque necesito respirar, necesito de repente ¡dejar todo lo que estoy haciendo y darme una vuelta a la manzana!.

    Me gusta cómo lo has escrito Mei,
    y ese rellano "vacío y hostil" me produce incluso cierta angustia metida en la piel de la protagonista.

    Un abrazo Mei.

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  2. De acuerdo con Laura. Supongo que es complicado meterse en la piel de aquellos que padecen estas fobias.

    Muy bien llevado. Coincido también con Laura, en la fuerza de la imagen del rellano convertido en abismo infranqueable para la protagonista.

    Un abrazo.

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  3. Gran micro, Mei, que nos lleva a transitar por los sentimientos de un personaje que sufre. Todos los males de la mente son terribles, pero creo que la agorafobia ha de ser de los más duros.

    Un abrazo,

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  4. Hola, Mei.
    Primero, tu relato me ha traído algunos recuerdos que escondo en lo más profundo de la memoria. Es tan real ese miedo que describes que creo que hoy no subiré a la azotea a tender. Tengo fobia a las alturas.
    Segundo, de Repollo a Repollo, podrás encontrar en http://acuatroletras.blogspot.com.es/2013/01/i-carrera-verde.html mi relevo.
    Un abrazo

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  5. Veo que Ana ya estuvo aquí.
    Qué chica más bien dispuesta!!

    Bien, Mei, con la última frase más o menos.... ya sabes.
    Sin prisas, ninguna

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  6. Mei, observo que el personaje no se atreve a mostrarse, a salir a la calle, quizás está sumido en una depresión de la que no saldrá sin ayuda. N

    Impacta a la vez que es de admirar como has logrado plasmar ese agobio y esa ansiedad del protagonista en el relato. ¡Muy bien!

    Abrazos.

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Seguramente hay oro en tus palabras