Sakura
Cuando pudo por fin
hacer las primeras salidas la primavera ya estaba muy avanzada. La vi
escudriñando el campo a la búsqueda, en vano, de alguna
florecilla. Macilenta y defraudada volvía a casa exhausta.
Un día saqué
del bolsillo los billetes y se los puse encima de la almohada. Sus
ojos tristes se espabilaron por unos segundos y agradecida me abrazó
sin hablar.
El viaje fue
oneroso, no hizo más que vomitar. En Tokio los cerezos ya no
tenían flores y nos aconsejaron ir a Hokkaido, mil kilómetros
más al norte. Al llegar ya no tenía fuerza para dar un
paso, no comió nada durante tres días. Desde la ventana
del hotel divisé una montaña cubierta de un manto
rosado y se lo quisé enseñar. Me pareció que su
último gesto fue una leve sonrisa. Aunque no sé si
llegó a ver la colina florecida.
Con este texto participé en el concurso de esta noche te cuento del mes de mayo. Sin éxito pero con placer. La convocatoria es mensual y podéis enviarles vuestras propuestas.
Con este texto participé en el concurso de esta noche te cuento del mes de mayo. Sin éxito pero con placer. La convocatoria es mensual y podéis enviarles vuestras propuestas.
Es un cuento hermoso y melancólico. Siento que capturaste bien el paisaje de Japón y el sentimiento de lo inevitable.
ResponderEliminarTengo varias amigas japonesas y una de ellas me contó que su madre quería ponerle un nombre en honor a los cerezos, pero su abuelo le dijo que no lo hiciera porque las flores de los sakura duraban muy poco.
Vi esa misma fugacidad al final de este relato y me devolvió esa memoria.
¡Abrazos!
Hice un viaje a Japón en circunstancias especiales. Guardo recuerdos tiernos y duros.
EliminarUn beso Melvin
Mei Morán, recuerdo haber leído este relato, supongo que en la página del concurso, y ya me encantó como ahora, donde he vuelto a disfrutar de esa ternura y esos paisajes nipones que presentas. No sé porque pero he recordado un pasaje de un libro de Vargas Llosa y me ha parecido sublime como sus letras.
ResponderEliminar¡Enhorabuena! Y a seguir escribiendo, si esta vez no hubo suerte, ya te sonreirá la próxima ocasión.
Abrazos.
Hola Nicolás.
EliminarGracias por tus alentadoras palabras. La verdad es que me gusta participar porque me parecer un concurso muy bonito. Nos leemos.
Saludos miles
Precioso mini relato a unos paisajes y una tierna historia que bien merecieron una nominación. Me pasó como a Nicolás que lo leí en su momento, y me dejó un buen recuerdo. A mí me recordó a Seda, un libro que me parece majestuoso.
ResponderEliminarGracias Mei, por hacer posible unos minutos tan bonitos de lectura.
¡¡Lo intentaremos en junio!! y nos leeremos ...con mucho placer y gusto, como tú bien dices.
No conozco el libro del que me hablas. me informaré.
EliminarUn abrazo Laura
Muy emotivo Mei, yo también participé y no tuve suerte, seguiremos intentándolo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por pasarte y por tus comentarios.
EliminarSaludos
Creo que ya te lo comenté allí, Mei. Me parece de un dulzura extrema. Es como si le hubieras imprimido toda la delicadeza oriental. Aquí me ha vuelto a encandilar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo, es muy delicado, igual que esa cultura. Además transmite mucha ternura.
ResponderEliminarBesitos